“Por fín terminaron las obras”. Esta es la frase que más es oye en los aledaños de calle Corredera y Plaza Esteve. Unas obras que se han prolongado mucho más de lo deseado y que, desde su finalización, tampoco han supuesto un revulsivo (al menos de momento) ni del comercio ni de la vida del centro de Jerez… ¿será la pandemia?, ¿serán las noticias, que si despidos, que si la crisis?, ¿serán los hábitos que están cambiando con el Covid-19?…
Lo que está fuera de toda duda es que algo está ocurriendo, y no sólo en Corredera, sino en todo Jerez, Cádiz, el resto de ciudades, los mercadillos,…..
Es indiscutible que cuando hay obras los daños tanto al comercio como a la hostelería o incluso a la vecindad son reales. Sólo hay que tirar de hemeroteca para recordar los efectos que en Jerez tuvieron obras de la embergadura de los aparacamientos de la Plaza del Arenal o la peatonalización de la calle Larga. Sin embargo, y para ser justos, hay que poner en un balanza esos efectos colaterales o dejar que el centro “se caiga a pedazos” como ocurre con algunos solares de particulares o parcelas víctimas de la especulación urbanística que existe en el centro histórico.
Las obras del eje Corredera-Esteve no son una excepción aunque, en este caso, y una vez finalizadas las obras, se pone sobre la mesa la siguiente reflexión: si el problema de la Junta de Andalucía para permitir la finalización de las obras era el mantenimiento del adoquín como parte histórica y patrimonial de la ciudad.. ¿dónde está el adoquín?, porque finalmente lo usado ha sido granito, hormigón y alquitrán; del adoquín no queda ni el recuerdo. ¿Era ese el verdadero problema?.
Este nefasto año de pandemia se ha llevado por delante muchos establecimientos y comercios icónicos en la ciudad y no sólo en Corredera sino en todo Jerez. Que las eternas obras han precipitado el cierre de algunos comercios de la zona es más que probable si bien no han sido el único motivo. Nadie quería esta situación, nadie quería que el eje Corredera-Esteve se convirtiera en la “pesadilla Corredera-Esteve”. Ni comerciantes, ni Ayuntamiento ni probablemente la Junta pero entonces, ¿cuál ha sido el problema?.
Para salir del paso, algunos colectivos han defendido la obra alegando que le dan mayor visibilidad al comerciante, aunque de poco sirve si Jerez sigue sin ir al centro y a su comercio tradicional. Hay quien defiende la necesidad de bonificar el billete de autobús y la tarifa de los parking para poder atraer público al centro cuando quizás la cosa pase más por educar y concienciar a la ciudadanía de la importancia del comercio de proximidad y local para la economía jerezana y, por ende, para todo el conjunto de la ciudad. El problema del transporte público y la accesibilidad al centro es más profundo.
Desde la asociación de comerciantes ASUNICO, que aglutina a gran parte del comercio y hostelería del centro de Jerez, se ha planteado al ayuntamiento la necesidad de mejorar el recorrido y el periodo de espera en las paradas de los autobuses urbanos, algo que mejoraría el servicio y facilitaría el acceso de la perifera al centro de la ciudad.
A fin de cuentas, abanderar la bienvenida a autobuses y taxis a la Plaza Esteve de poco sirve si vienen vacíos…